29 septiembre 2005



Noches
Y escuche la pedrada que fue tú voz
en mi mente,
y supe que siempre esperaste el
momento de morder mi corazón con
tus quijadas de odio y tristeza,
como el miedo que no se va
despues de la noche oscura,
y el silencio que queda
en la incertidumbre de mi alma
cada vez que te veo morir al llegar el alba.
Cuando el enemigo de tus frios
y tus oscuras tinieblas aparece en el mismo ser,
el que tú inundaste de odio.
Pero eso no te basta,
por que al ocaso, y
como el ave fenix renaceras de tus cenizas,
con tu reinado de oscuridad y
tinieblas...
... en gloria y majestad.